UN AMOR INCONDICIONAL
Real
Madrid y la Copa de Europa o la Copa de Europa y el Real Madrid, no lo duden,
es hablar de la misma suerte, un amor de dos entidades condenados a entenderse.
El palmarés no miente: 12 copas de Europa. Solamente Xavi Hernández es el único
que podría negar esta realidad. Doce títulos divididos en dos etapas: las de
blanco y negro ganadas en un periodo de 20 años, y las de color, también
obtenidas en dos décadas. Y entre tanto, cual Moisés, treinta años de sequía.
En unas recientes declaraciones, el ex
centrocampista del Barcelona dice: “es
inexplicable, el Real Madrid no juega, gana”. Pues bien, un Sabio del
fútbol ya decía que el deporte rey era “ganar,
ganar, ganar y volver a ganar” y en esto la escuadra de la Castellana es
especialista, más en su competición fetiche. Pueden ir mal en la Liga, sin
embargo, cual Doctor Jekyll y Mister Hyde, se transforman horas antes del
encuentro del martes o el miércoles. Los precedentes están ahí.
1999-2000,
la temporada empezó con Toschack en banquillo. El equipo no solamente no
convenció sino que recibió goleadas en Chamartín, ejemplo de ello es el 1-5 del
Real Zaragoza de Sabo Milosevic. Antes de terminar la primera vuelta, el club
decidió sustituirle por un hombre de la casa: Vicente del Bosque. Su objetivo:
ganar la Octava. En la memoria de los aficionados del fútbol un regate para el
recuerdo: taconazo de Redondo en el Teatro de los Sueños para que Raúl la
empujara a la red y llevara al equipo a las semifinales contra Bayern de
Múnich. Eliminatoria durísima que se decidió gracias a un gol de Anelka. En la
final esperó un Valéncia que llegaba como favorito. El equipo che era una de
las sensaciones de Europa porque un año antes había goleado 6-0 en Mestalla al
Real Madrid en la semifinal de la copa del rey, liquidó en la ida de semis al
Barcelona con un contundente 4-1 y contaba con futbolistas anhelados por media
Europa como Mendieta, Farinós, Gerard o el Piojo. Resultado final: 3-0
Temporada
2015-2016. Una vez finalizada la etapa de Carlo Ancelotti, el equipo de la
Castellana se fijó en Rafa Benítez para su nuevo proyecto. Empezó con mal pie
al dejar caer que Cristiano Ronaldo no era el mejor jugador del mundo. En liga,
tras un inicio esperanzador donde llegó a ponerse líder, todo empezó torcerse a
tras el derbi. Se adelantó el equipo blanco gracias a un testarazo de Benzemá, pero
el paso atrás dado por el equipo, cuando podía haber ido a por el segundo gol,
suscitó la reacción local y el postrero empate. Esto, junto con la alineación
indebida de Cádiz y, sobre todo, la goleada encajada en el Bernabéu a manos del
Barcelona fueron motivos suficientes para su destitución. Al igual que en 1999,
la dirección técnica confió en un hombre de la casa. Llegaba la hora de Zidane.
Eliminados del torneo de K.O. y con la liga casi imposible, solamente quedaba
la Champions. El resultado ya lo saben todos: dos nombres para el recuerdo
madridista: Undécima y Milán.
Previa
del partido frente al PSG. Aficionados, prensa y comentaristas dan como
favoritos al equipo galo. Aparentemente motivos no les faltan: el Madrid no
está fino en la competición de la regularidad, eliminado por el Leganés en la
Copa del Rey, ausencia de Carvajal y baja forma de jugadores clave. Por su
parte, el equipo galo es uno de los protagonistas del futbol europeo. Más de
300 millones de euros invertidos entre Neymar y Mbappè, que junto con Cavani
forman un tridente diabólico para las defensas rivales. Para el club francés,
la Champions es la competición que quieren conquistar pues la liga francesa es
de menor categoría respecto a la italiana, la inglesa y la española, lo que
provoca que vean en la competición internacional su objeto de deseo. Noventa
minutos después del partido, 3-1 a favor del Real Madrid. La reacción de Emery
no se hace esperar: “Todavía falta el
partido de vuelta en el Parque de los Príncipes”.
Palabras
que recuerdan a las pronunciadas por Pep Guardiola en las semifinales de 2014: “el Allianz va arder cuando venga el Madrid”.
Resultado final, un 0-4 que quedará en la memoria de todos los madridistas pues
conseguían acceder a la final de la máxima competición internacional de clubes,
tras años queriendo conseguir la ansiada Décima, y goleaban a un ex jugador del
eterno rival.
La
vuelta frente al PSG recuerda a la vuelta del partido frente a la escuadra bávara.
Emery, al igual que Guardiola 4 años antes, no puede especular y debe de ir
desde el principio a por la victoria. El contraataque será la gran amenaza
blanca.
Por
historia, tradición, afición y jugadores nunca se debe de desconfiar del Real Madrid
en su competición favorita. Por sus
hechos los conoceréis (Mt, 7, 15-20).
A las pruebas anteriores me remito
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